Silencio Cauteloso

Me invade la mismísima nada, esa que hace que tus días pasen y todo quede ahí...en el ayer. Los vengo sintiendo vacíos, pasajeros, idénticos, aburridos.
Y es como pasar una hoja tras otra de un libro infinito y que sus palabras no duelan, no hagan llorar, no dejen ningún mensaje codificado, no dibujen una sonrisa, ni trasciendan...es como si esas palabras estén vacías de sentido.
Me encuentro a la espera de algo que no sé si va a llegar...estoy esperando encontrarme y que mis párpados ya no pesen tanto.
Y todo siempre de manera disciplinada, de manera sigilosa, siguiendo una rutina cotidianamente tosca y cuadrada. Ando necesitando de mí, ando necesitando de esa sed insaciable que tanto me caracteriza.

¿Dónde se va el ayer cuando uno no lo recuerda?

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